Hoy toca levantarse un poco más tarde que de costumbre. El despertador humano de mamá o papá, depende del día, suena una hora más tarde. Y bien que se agradece. Pero hoy, en el cole, hay aires de fiesta. Se nota por el barrio, se nota en los negocios, se nota en Sevilla. Hay ganas de disfrutar jugando, con las amigas, participando de los torneos deportivos, de los juegos de patio, acudiendo a misa, como manda la tradición cada 31 de enero. Hoy es día de San Juan Bosco.
Se levanta y rápido se toma el tazón de leche y su tostada que tanto le gusta. No hay libros ni cuadernos en su mochila. Hoy sólo hay ganas de disfrutar jugando y aprendiendo. En clase recuerdan a San Juan Bosco. Su filosofía de vida, su Sistema Preventivo, su forma de tratar a los jóvenes más desfavorecidos. Y hay preguntas sobre la vida, obra y frases más destacadas. ¡Menuda se monta! Toca la campana y todos hacia la Iglesia, donde reluce hoy Ella mirando hacia su izquierda, donde se encuentra la imagen de San Juan Bosco. Cantos que animan una Eucaristía juvenil muy diferente a las de antaño. Los tiempos han cambiado, la juventud se hace dueña de la Iglesia. ¡Y cómo retumba el ‘Salve, Don Bosco Santo’ en las paredes trinitarias!
Corriendo, se dirige al patio, donde jugará, reirá, compartirá momentos y será feliz. Lo de ganar algo, puede esperar. Son las dos de la tarde. Acaba agotado, pero con su corazón y su alma rebosantes de salesianidad, gracias a un 31 de enero más que sigue regando la semilla que sembraran su padre y su madre, cuando decidieron dar a su hijo una educación al estilo de Don Bosco.
Han pasado varios años desde aquellos preciosos momentos y, aún hoy, sigues con mariposas en el estómago otro 31 de enero más. Hoy no tocará examen, ni revisión de cuadernos. Hoy toca transmitir, como ‘Padre, Maestro y Amigo’ lo que llevamos vivido desde que pisamos una Casa Salesiana por primera vez, a nuestro enésima generación de jóvenes. Hoy toca vivir ese partido en la banda, como entrenador; o ese aliento ante la última superviviente del ‘Balón Prisionero’; o en la Basílica, guitarra en mano, animando a cantar a los jóvenes, por muchos gallos que salgan. Hoy toca recordar el Musical que fue, la tarde en Candil, la convivencia en Sanlúcar. Toca jugar al ‘Pasapalabra’ o al ‘Kahoot’ con ellos, fanfarroneando un poco de las fechas que aprendimos de pequeños. Hoy no toca carbón ni chuletas por culpa de la maldita pandemia, pero toca estar al lado de todos y todas, como Don Bosco quería.
Hoy, tú, como todos y cada uno, sin excepción, del claustro de la Casa de la Trinidad, seguiremos transmitiendo, generación tras generación, día a día, el espíritu de la Fiesta en honor a Don Bosco. Hoy se hace más presente que nunca, educador o educadora que has llegado hasta aquí, el lema que nos ha de caracterizar, aquí y en la eternidad: ‘Estad siempre alegres’. Que así sea.