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LA HUELLA DEL VERDADERO AMOR

Escrito por Irene Carmona

Mayo 2023

El Día de la Madre es una festividad muy popular alrededor del mundo, en la que se honra la figura e importancia de todas nuestras madres, independientemente del día en que se celebre para cada uno. En el pasado, las mujeres hemos llevado a cabo numerosas tareas, pero sin duda siempre se nos ha identificado con el papel de madres. La maternidad era el vivo símbolo de la feminidad. Esa era nuestra función en la sociedad: dar a luz y cuidar la descendencia del marido (o ni siquiera del marido..). Con este artículo y este último número de Humanitates busco ir más allá. Hablar de esa maternidad, que en ocasiones ha sido vista tanto como un don divino que como un castigo o punto de debilidad.

En la Antigüedad romana, la concepción de la mujer como matrona de familia era sin duda el ideal de mujer romana. Las mujeres no tenían acceso a cargos públicos ni a nada fuera del círculo del hogar y la familia. Ellas pasaban esos derechos de ciudadanía de los que carecían a sus propios hijos. Pero, por supuesto, jamás se resignaron a esa situación unidimensional de procreación sin fin. Sacaron partido a esa maternidad, utilizando la influencia de sus propios hijos para formar parte del carril de Roma. Sin embargo, no todo era una maternidad ideal, con un amor infinito hacia los hijos. Después del parto, si todo había ido perfectamente, el padre debía reconocer a ese hijo como suyo. Si no era así, se cometía infanticidio. La opinión, el dolor de la madre o la propia vida del recién nacido no valían nada.

 La cultura que tenemos hoy en día alrededor de la maternidad, fundada bajo los cimientos del amor incondicional, la enseñanza, paciencia y protección, choca con la que se tenía entonces. Ese respeto y magia que existe entre la conexión madre e hijo antes no recibía este lugar. La madre criaba, pero no realmente de forma personal a sus hijos, no podía siquiera elegir sobre la vida de ellos. No obstante, el amor siempre vence. Las madres son sin duda el verdadero ejemplo de la perfección. Con esto, no me refiero a que nunca se equivoquen, a que nunca pierdan los estribos, a que jamás se las vea sufrir o llorar… Me refiero a que, aun con todo eso, lo que nos hace humanos a todos, son capaces de sacrificarse infinitamente por amor. Nuestro dolor es su dolor, nuestras heridas sus heridas, nuestras alegrías e ilusiones las suyas, y nuestra felicidad su mundo completo. Nosotros somos la viva imagen del mayor de sus milagros… Y del que será su mayor logro. Gracias, a todas. Hemos de agradecer nuestra vida a la suya, nuestra grandeza y fortaleza, que viene de la suya propia. Fueron nuestro primer alimento, impulso y esperanza. Cada pequeña cosa, es todo obra de ellas. Para nuestras madres, la maternidad valió la pena, vale la vida.

 Y eso, sin lugar a dudas, es algo extraordinario.

 Espero durante este curso haber inspirado en vosotros el verdadero sentido de la integridad, sensibilidad y apreciación por nuestra cultura, nuestro pasado, y haber creado en vosotros una visión más determinada del mundo. Todo lo que fue nos moldea a lo que somos. Ars longa, vita brevis.

 Gracias, ¡y hasta el próximo curso!

LA SOCIEDAD DE LOS ANALFABETOS

Escrito por Irene Carmona

Abril 2023

“El libro es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor.” Así definía el poeta y escritor Ruben Darío al libro, a un simple conjunto de hojas de papel con una serie lógica de palabras en cada una y, en ocasiones, una bonita portada. A esto hemos venido en este cuarto número de Humanitates, a hablar de la lectura, a recordar qué es el arte de leer.

Empezaré por un dato grave y alarmante, y es que solo el 53%, aproximadamente, de españoles lee asiduamente. Tan sólo la mitad del país tiene hábito lector, tan sólo la mitad de nosotros ha conseguido encontrar esa fuente de placer ilimitada que nos ofrecen los libros. Esto, sin duda, explica muchas de las situaciones que vivimos hoy en día en nuestro país, de desconocimiento y vana estupidez. Nuestra generación está creciendo en un entorno en el que leer es totalmente prescindible, ¡e incluso irremediablemente aburrido! Por supuesto, leer es una actividad que no tiene porqué ser del agrado de todo el mundo, pero uno no puede simplemente privarse de esta. Es como si nos encerrásemos en una habitación gris, sin conocer ni saber nada. Evidentemente, no echaríamos en falta algo que no sabemos o que desconocemos que existe, pero ¿realmente uno consigue vivir así? ¿Verdaderamente uno se realiza? Las redes sociales, esta rápida digitalización, nos vende una vida cómoda, tan patéticamente cómoda, que hace por nosotros el primario acto de pensar, de imaginar, de ser curiosos, de investigar. Nos forma de manera que tan sólo podemos estar atentos a algo durante unos pocos minutos, porque si no, ¡Dios, qué largo, qué tedioso! Sin duda, nada muestra mejor las ventajas de la lectura que la misma ausencia de esta.

 Leer, la lectura, es lo más poderoso que posee el ser humano, y es aquí donde está la clave: leer no se trata de leer, no consiste en entender las palabras que forman una oración, y así una tras otra; no busca que cuando acabes de leer un párrafo quedes indiferente para el siguiente, porque si es así, lees sin leer. La lectura es la puerta, así es, la puerta a la inteligencia, al desarrollo de la mente. La lectura es su ejercicio, es la revolución del pensamiento, el nacimiento de la personalidad y la llave de la libertad. No sólo se trata de abrirse a conocer nuevas historias, personajes, mundos… Es una visión distinta, nos permite contemplar objetos, criaturas, paisajes, culturas… Que no ves en este mundo, y que sin embargo, las vives, las hueles, las sufres, las sientes. Leer es aceptar otro modo de vida, es adquirir algo que, tristemente, cada vez menos prefieren no poseer: la grandeza de lo infinito. Interminables aventuras, personas por conocer o ideas por desarrollar. Nos hace dueños de nosotros mismos, críticos con el mundo y eruditos del debate, capaces de defender nuestras ideas con efectivos argumentos, un escudo contra la manipulación. Nos hace libres de escoger cómo ser. La necesidad nos esclaviza y la preferencia nos libera.

 Cuando uno lee, el mundo, la realidad que conocemos, guarda silencio, y algo mágico sucede: otra vida empieza. No tengáis miedo a leer, a descubrir, a ser criticados o burlados por ello. La vida es un instante, y eres tú quién decide enriquecerla y hacerla extraordinaria. Como decía Miguel de Unamuno: “no es analfabeto aquel que no sabe leer, sino aquel que sabiendo leer, no lee”.

ESCLAVAS DEL PASADO Y FUNDADORAS DEL FUTURO

Escrito por Irene Carmona

Marzo 2023

Ya está aquí la tercera entrega de Humanitates, y para esta vamos a sacar a relucir el tema estrella de este mes de marzo: la mujer. Esta ha sufrido un pasado bastante oscuro y ridículo, éramos sí, ridículas. Una mota de polvo en manos de los hombres, seres sin derechos ni oportunidades, por el simple hecho de ser del sexo contrario. Entre animales, desde luego, respetaban bastante más a las hembras. Pero bueno, a pesar de tener que haber vivido forzosamente en una cueva, hemos sido capaces de lograr cosas para la humanidad, para el mundo, para nosotras, que han dado pie a nuestro presente.

En la antigüedad clásica, estábamos para lo que estábamos: perpetuar el linaje, hacernos con el gran honor de ser “madres de familia” y poco más. Es cierto, que las mujeres romanas poseían mayores libertades que las griegas, pero aun así seguían vetadas de la vida política y ciudadana. La única vida social era con las amistades del marido. Éramos consideradas seres inferiores, a los que había que vigilar y proteger, incapaces de nada demasiado elaborado. Hasta un grandísimo filósofo daba ya una explicación a nuestra ineptitud: la mujer no era más que un hombre incompleto y débil, un defecto de la naturaleza. Aristóteles nos denominaba como un ser inacabado. Y no solo nos quedamos aquí, en la Edad Media tocamos fondo. Si de por sí es conocida como una etapa oscura, para la mujer fue negro azabache: trabajábamos tanto como los hombres pero no ganábamos nada, nacer mujer era lo peor que te podía suceder, casi mejor era ser un hombre sin honor. En fin, parece que este hombre incompleto, este defecto de la naturaleza, era el que traía a todos esos completisimos y capaces machos al mundo, pero eso qué importancia va a tener.

Aún con todo esto, como ya adelanté, avanzamos, crecimos y luchamos por el saber, por la verdad y por la igualdad. En la prehistoria, los hombres se dedicaban a la caza, ya que requería más “fuerza bruta”, y las mujeres al cultivo. Así es, nosotras fuimos las madres de la agricultura, las pioneras. Pero no solo en eso, además en el amor fuimos la clave, ese del que tantos hombres poetas han escrito creyendo conocerlo, lo sacó a la luz una mujer: Safo de Lesbos, que expresó cómo era amar y desear, y su gran devoción a las mujeres. También le dimos un buen empujón a la ciencia: Hipatia de Alejandría, matemática, astrónoma, filósofa y maestra, que no sólo nos dejó importantísimos instrumentos científicos y soluciones algebraicas, sino que luchó hasta el final por abrir la mente de las personas, por expandir el mundo del conocimiento. Y en cuanto a ambición, a poder, tampoco las vencía nadie: Cleopatra, de las soberanas más inteligentes y competentes, que mejoró notablemente la economía y posición de su país; Livia, mujer de Augusto, con la máscara de esposa y la vara de gobernante, ella era el timón del Imperio; o Zenobia de Palmira, reina regente, que supo sacar a relucir el mayor ingenio militar y político. Aquí algunos ejemplos en la antigüedad clásica, pero a lo largo de toda la historia hemos sido cabeza, en la sombra, de innumerables ámbitos: escritura, arte, medicina, física, política, paz…

Ellas fueron esclavas, gobernantes, campesinas, maestras, artistas, científicas, musas… En un mundo en el que si levantabas cabeza te la cortaban, en un mundo en el que buscar avanzar era tu sentencia de muerte, en un mundo en el que ser mujer era tu sentencia de muerte. Fueron madres, hijas, niñas, mujeres… E incluso más hombres que los propios hombres. Ellas sentaron nuestras bases, construyeron nuestro camino y nos empoderaron con su lucha. Fueron pisoteadas, usadas, maltratadas y asesinadas: no eran seres humanos, no éramos seres humanos. Ellas dieron luz a la igualdad, a la libertad, a la expresión, al saber, al amor… Al mundo. Ellas, a las que mutilaban por leer libros, a las que quemaban por entender de hierbas, a las que apedreaban por cometer una falta de hombres, a las que violaban por placer… A las que les decían no valer por sí mismas por “ser débiles”. Y bien, ¿ más débiles en qué? ¿Fuerza física? ¿Por ello éramos merecedoras de esto? ¿De no poder desarrollarnos libremente, como cualquier otro ser humano, como un hombre? ¿De nacer para no vivir?

Feliz día, mes, año y vida de la mujer.

 

LA CULTURA DE LOS «FLOJOS»

Escrito por Irene Carmona

Febrero 2023

Bienvenidos al segundo número de Humanitates, en el que espero presentarles, de forma ya necesaria, a una Andalucía que todos conocemos y de la que formamos parte, una Andalucía que ha estado ahí siempre, en cada rincón y esquina, en cada gran ruina arqueológica, y que parece ser que últimamente se olvida: la gran Bética, cuna de grandes personajes y de grandes avances. Nuestros habituales enemigos, reyes de la ignorancia e insaciables de estupidez, se preguntarán: ¿qué importancia tiene saber esto ahora? ¿Saber qué por donde pisas Trajano creaba caminos, Adriano soñaba con ciudades y Séneca daba sus primeros pasos? ¿O que luchaban en la Batalla de Munda, decidiendo así al ganador entre César y Pompeyo? Es cierto, ¿qué importancia hay en eso?

Pertenecemos a una de las más influyentes e importantes provincias del antiguo Imperio romano, una de las más trabajadoras e innovadoras. La fuerza que nuestra tierra tenía antes era colosal: nosotros impulsamos la industria alimentaria, artesanal, minera y naval. Enriquecimos Roma con nuestras tierras fértiles, nuestros ganados y habilidades, y ellos nos dieron una identidad, nuestra cultura.

Es curioso, como antes éramos conocidos por ser una de las provincias más fructíferas: uno de los mayores focos económicos del Imperio, y sin embargo, hoy en día hay todavía una torpe mayoría que nos califica como los flojos. Y no solo eso, sino como los incultos que no saben hablar o que tienen como actividades principales reír y dormir. Pues bien, como parte de ese grupo de incultos que no saben hablar, voy a hacerlo claramente ahora: Andalucía, no solo posee una historia que tumba esas afirmaciones, sino que hoy día, sigue siendo de las provincias que más aportan a España, y sin quedarnos cortos, a Europa. De nuestro pasado, de nuestra tierra, tuvo lugar el comienzo de organización del espacio en parcelas, el desarrollo de técnicas, de algo tan básico en cualquier ciudad, como el desagüe, la construcción de las primeras minas, y como no, fruto principalmente de Hispalis, nuestra Sevilla, la explotación del aceite: nosotros éramos la despensa del Imperio. Estas , entre otras muchas más, nos han moldeado a lo que somos hoy en día, a ser andaluz.

¿De qué tiene que avergonzarse un andaluz? ¿De hablar alto y claro con uno de los acentos y dialectos más ricos de España? ¿De poseer un mayor vocabulario? ¿De tener y producir los productos más frescos y primarios? ¿De ser la cabeza del turismo, del arte, de la cultura, de la comida y de las festividades? Si ni nosotros mismos valoramos lo que somos, lo que representamos desde la antigüedad y no levantamos cabeza, como nuestro himno clama, contra ese estigma, se nos tendrá como los graciosos incultos de palabra suelta. El legado bético, andalusí y andaluz son nuestros genes, nuestra forma de crecer, nuestro lenguaje, huella y personalidad, nuestra mayor ventaja y oportunidad, ¿de eso me avergüenzo? ¿De eso se burlan? Pues muy bien, yo estoy orgullosa de ser parte de la cultura de los flojos.

 

Y BUENO, ¿PARA QUÉ LAS LETRAS?

Escrito por Irene Carmona

Enero 2023

En primer lugar, os doy la bienvenida a nuestro proyecto Humanitates: el rincón de las humanidades. Con esta actividad buscamos difundir y mostrar una cara más cercana y actual de estas. Estamos acostumbrados a pensar en las humanidades como algo antiguo, sin uso, aburrido… Un lastre, ¿qué loco decidiría escoger estudiar algo así? Algo sin salida, y por lo tanto, sin importancia. Trágicamente, esta es la visión que tenemos hoy en día: si no me sirve para el mercado laboral directamente, ¿para qué perder el tiempo? Pues bien, esa es la misión que yo, directora de este proyecto, junto a todo mi equipo redactor, nos proponemos para este curso: demostrar lo contrario.

Hoy en día los estudios humanísticos son atacados constantemente. Desde hace años las asignaturas y carreras “de letras” han sido burladas, opacadas, desdeñadas (del verbo latino dedignare, “quitar la dignidad”, fíjense si tiene un significado cruel) y poco a poco se las prefiere extintas. Ante esto, ya ha habido un gran número de personas en contra de esta gran falta, pero no, aún no parece ser suficiente. Es increíblemente penoso que algo que es propio de la identidad del ser humano, del mundo, y por lo tanto, de toda nuestra razón de ser, tenga que ser defendido y continuamente socorrido de personas que, ni saben ni quieren saber. Le damos al ciego el mando de guía. Esos que repetidamente dictaminan que para qué el latín, para qué el griego… Parece que no han salido al mundo en su vida. Las ciencias humanísticas son la base de todo el conocimiento. Estamos hartos de escuchar como es la ciencia la que hace avanzar a la sociedad, la que carga con ella y la hace funcionar. Pero a su vez, son las humanidades las que hacen avanzar a la ciencia. Sin nuestra capacidad de reflexión, de entendimiento, de comprensión, de pensamiento… De saber razonar, algo que te enseñan “las letras”, ¿qué es la ciencia? Con esto no busco atacarla, sino dejar claro que una no funciona sin la otra. Es una simbiosis, una no debe ser el parásito que destruya a la otra.

Las humanidades nos forman, nos construyen como personas y nos otorgan algo que hoy en día parece ser bastante escaso en las nuevas generaciones: el pensamiento crítico. Nos elevan de la mediocridad. Enriquecen nuestra visión del mundo, fundan nuestros valores, nos regalan un lenguaje ilimitado y un legado histórico: cada libro, cada cuadro, cada poema, cada creación… Es humanidades. Nosotros somos humanidades, y si no las resguardamos y las levantamos hasta darles el sitio y la importancia que deben tener en nuestra sociedad y especialmente, en nuestras vidas, caeremos en una prisión de la que nosotros mismos hemos destruido la llave: la estupidez, la insensibilidad, la inhumanidad.

Con esto, espero haber inspirado el espíritu y las ganas de conocer en cada uno de vosotros, y darles así una oportunidad a “las aburridas letras”. Cada final de mes, tendréis la oportunidad de adentraros un poquito más en el mundo y la historia de nuestro ser, y descubrir cómo realmente las humanidades forman parte de todo: encontraréis curiosidades, personajes, entrevistas a personas que os ayudarán a abrir la mente, historias, películas, artículos, frases para inspiraros, lugares… De la mano de un excelente grupo de estudiantes: Carla Díaz, Javier Dominguez, David García, Ana Camacho, Paula Fernández, Archie Thomas, Jaime López y una servidora, Irene Carmona.

Muchas gracias y ¡disfrutad!

EUROPA, HEREDERA DE GRECIA Y ROMA

Escrito por Macarena Cárceles, Antonio De Seras y Blanca Hurtado

Mayo 2022

Mayo es un mes cargado de tradición y de religiosidad para aquel que lo viva como lo hacemos nosotros en nuestro colegio. Mayo es el mes de María y en “casa” se siente de una manera especial ya que todo gira en torno a María Auxiliadora.

Además de esta ansiada fiesta que se celebra el día 24, el 9 de mayo fue el día de Europa. Esta fiesta está dedicada a celebrar la paz y la unidad en Europa y se realizan diversas actividades como, por ejemplo, congresos, a lo largo de todo el continente. Precisamente, el nombre de nuestro continente proviene de un mito griego en el cual Europa, que es una princesa fenicia, es raptada por Zeus (o Júpiter, que es su nombre en la mitología latina). Cuenta el mito que Zeus se enamoró de Europa y se transformó en un toro blanco para poder acercarse a ella. Después de ganarse su confianza la llevó a la isla de Creta y desveló su verdadera identidad. Zeus y Europa tuvieron tres hijos llamados Radamantis, Sarpedón y Minos. Europa es el nombre que ha recibido el continente porque el rey Agenor, padre de la princesa Europa, al saber lo ocurrido, corrió a la orilla del mar gritando su nombre y mirando hacia Occidente, que era donde estaba ubicada la isla de Creta, la cual es considerada la antesala de Europa. Aunque no lo parezca a simple vista, Grecia siempre ha sido una cultura muy influyente, sobre todo en la época grecolatina, de la cual hemos recibido una gran herencia.

Los romanos optaron por adaptarse a la cultura griega por lo impresionante que era, formando así el imperio “Greco-Romano”. Y nos han dejado grandes cosas como su idioma, el latín, del que parten varias de las actuales lenguas como el francés o el castellano. También el derecho romano, que es la base de las leyes occidentales, la arquitectura (utilidad pública de sus construcciones), la escultura… Grecia, por su parte, nos dio su arte, su arquitectura (estilo dórico y jónico), pintura y escultura, el alfabeto (cada letra representa un sonido), la filosofía, la ciencia, y la gastronomía griega que es citada como un ejemplo de dieta mediterránea. Y es por eso por lo que le debemos tanto a esta civilización.

LECTURA…¿PARA QUÉ?

Escrito por Antonio De Seras, Macarena Cárceles y Blanca Hurtado

Abril 2022

Para qué leer si está todo en Netflix.” “La lectura es un aburrimiento.” “Leer es de frikis.” Estas afirmaciones, que se repiten una y otra vez en el día a día, no son más que el reflejo de una sociedad muy desconectada del tesoro que tenemos al alcance de nuestra mano: los libros.

No es difícil desmontar uno a uno este tipo de argumentos. Ni qué decir tiene que la lectura aporta cultura, ayuda a conocer la historia, nos ayuda a conocer vocabulario y también mantiene nuestra mente activa. Además de ello, fomenta nuestra imaginación ¿Quién no se ha imaginado alguna vez la cara de su personaje favorito, o el lugar donde transcurre la historia de una novela? En lo relacionado al aburrimiento, ni qué decir tiene que leer, poco tiene de soporífero y mucho de entretenido, y que si se encuentra EL LIBRO adecuado, este puede mantener a cualquiera en vilo hasta la última página.

Evidentemente, no todos los ejemplares son iguales. Algunos de los clásicos han marcado la historia de los libros. Grecia y Roma nos regalaron joyas como “La Odisea” de Homero, o la “Eneida” de Virgilio, tesoros de la épica. “El Quijote” de Cervantes o “La Celestina” de Fernando Rojas son por su parte sólo algunos de los grandes de la literatura española a lo largo de los siglos. Afortunadamente, la producción literaria no frena en la actualidad, y autores como Arturo Pérez Reverte o el recientemente fallecido Carlos Ruiz Zafón han destacado en el último siglo, demostrando que los libros no son cosas del pasado.

Por desgracia, la tendencia en los últimos años es clara: cada vez la cantidad de personas que lee es menor, sobre todo en el caso de los jóvenes. Es por ello por lo que en este mes de abril, y en concreto en conmemoración del Día Internacional del Libro, es imprescindible reivindicar un hábito tan maravilloso como es el de la lectura. Leer es conocimiento y, también, diversión.

MARZO, CON M DE MUJER

Escrito por Antonio De Seras, Macarena Cárceles y Blanca Hurtado

Marzo 2022

Marzo es un mes especial, ya que empieza la primavera y con ella la alegría que nos trae el olor a azahar por las calles de Sevilla, el sol y el tiempo un poco más agradable, por no hablar de las charlas sobre los planes para las fiestas de primavera (nuestras queridas Semana Santa y Feria). Aunque a veces se nos olvide, en marzo también celebramos el día de la mujer. En este día, el 8 de marzo, salen a la calle miles de mujeres para reivindicar sus derechos y la igualdad porque, aunque se haya avanzado mucho en esta lucha, todavía queda camino por recorrer.

A pesar de las trabas que las mujeres han encontrado a lo largo de la historia, no son pocas las que han marcado la misma. En la Antigüedad destacan algunas, como la poetisa Safo, primera persona en escribir sobre sus sentimientos, o Cleopatra, sin la que no se entiende la historia de Egipto. No podemos olvidarnos de la figura de la virgen María si pensamos en mujeres vitales para la historia, ya que ella hizo posible la venida de Jesús al mundo. Si pensamos en clave nacional, también ha habido muchas españolas valientes que, a pesar de una sociedad que les ponía frenos, lograban abrirse paso, como por ejemplo la reina Isabel la Católica. Y precisamente hablando de españolas, sería injusto no homenajear a la liberal Clara Campoamor, a la que le debemos la primera intervención de las mujeres en las elecciones de nuestro país, imponiéndose así a una gran parte de la sociedad de la época

Por desgracia, y a pesar de que la sociedad occidental es cada vez más igualitaria, existen decenas de países (Afganistán, por ejemplo) en los que se pisotean diariamente los derechos de las mujeres, donde se les maltrata, se les impide opinar, votar, e incluso decidir con quién casarse. Es crucial que seamos consciente de que aún queda mucho por hacer para que no haya ni una sola persona que tenga que dejar de ser por el simple hecho de ser mujer.

ANDALUCÍA, TIERRA DE TALENTOS

Escrito por Antonio De Seras, Macarena Cárceles y Blanca Hurtado

Febrero 2022

Febrero es comúnmente conocido como el mes de los enamorados pero aquí en el sur de la península nos convence más llamarlo el mes de Andalucía, y por qué no celebrar el amor hacia nuestra tierra. De Andalucía y los andaluces se comentan muchos estereotipos. Por alguna extraña razón, aún se sigue incidiendo en nuestra supuesta incultura, por no hablar de las continuas menciones a la vagueza característica de los del sur. Algunos osados hasta se atreven a decir que nuestro dialecto es “un español mal hablado”. Sin embargo, Andalucía poco tiene de todo esto y mucho de tierra de talento (y talentos) y precisamente de ese talento podemos servirnos los andaluces para demostrar de una vez nuestro valor y de lo que somos capaces.

Nos basta con echar la mirada hacia el pasado para darnos cuenta de la cantidad de andaluces que han dejado huella a lo largo de la historia, como por ejemplo el malagueño Pablo Picasso, pintor y revolucionario del mundo de la pintura; los poetas Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda o los hermanos Machado los cuales nos han dejado tantos ilustres versos dedicados a su tierra natal. Si nos remontamos hacia la época romana también encontramos a Trajano, Adriano y Teodosio, tres importantes emperadores romanos, nacidos en Itálica, una de las polis romanas que aún se conservan y la cual se ubica en la actual Santiponce

Hablando de historia y sin ir más lejos, la capital andaluza tiene su origen, según cuenta la leyenda, en el mismísimo Hércules, cuyas columnas están presentes en el escudo andaluz y al que según el mito debemos la presencia de playas en nuestra región, ya que con su fuerza separa Europa de África. Algo de lo que también deberíamos estar orgullosos es que precisamente en Andalucía y concretamente en Cádiz nace el parlamentarismo en España, por lo que podemos considerar nuestra tierra como la cuna de nuestro sistema político

No hay palabras suficientes para expresar la grandeza de nuestra tierra, el legado de nuestra comunidad y el arte de nuestro pueblo, que se mantiene vivo a lo largo de los siglos

Sigamos reivindicando con orgullo nuestro patrimonio y la grandeza de ser andaluces.