Los grupos de fe de la Casa Salesiana de la Trinidad, pertenecientes al Centro Juvenil Adelante, desde los niveles de Luz 3 hasta ADS 2, han disfrutado de una jornada de convivencia muy especial en el Colegio Salesiano de Triana. Fue un día lleno de alegría, reflexión y espíritu salesiano, compartido junto a jóvenes y animadores de diferentes casas salesianas.

El encuentro comenzó con una oración inicial, que invitó a poner la jornada en manos de Dios y a reconocer la presencia del Señor en cada momento vivido. Este primer espacio de silencio y recogimiento preparó el corazón para vivir con intensidad todo lo que el día tenía por delante.

A continuación, los grupos participaron en una gymkana formativa inspirada en la misión salesiana, pensada para aprender y disfrutar al mismo tiempo. A través de juegos, pruebas y dinámicas, los jóvenes reflexionaron sobre qué significa ser misioneros hoy, descubriendo que la misión no está lejos, sino en el día a día: en la familia, en el colegio, con los amigos o en el propio Centro Juvenil. Cada grupo fue encontrando pistas, superando retos y compartiendo momentos de compañerismo que ayudaron a reforzar la unión entre todos.

La mañana concluyó con una reflexión final en la que los participantes compartieron sus compromisos personales y grupales para este nuevo curso. Fue un momento sencillo pero profundo, donde se sembraron ideas y propósitos que acompañarán a los jóvenes a lo largo del año. Cada compromiso fue entendido como una semilla que, con el tiempo, crecerá si se cuida con constancia y fe.

Tras la comida, la convivencia continuó con un ambiente más festivo y participativo. La tarde se llenó de competiciones deportivas y talleres creativos, en los que no faltaron las risas, el esfuerzo y el trabajo en equipo.

Más allá de los resultados, la jornada sirvió para fortalecer los lazos entre los grupos de fe y vivir de una manera concreta el estilo de Don Bosco: alegría, amistad y presencia entre los jóvenes. Cada sonrisa, cada juego y cada palabra compartida recordaron el valor de convivir y crecer juntos desde la fe y el espíritu salesiano.

Desde la Casa Salesiana de la Trinidad queremos agradecer a los Salesianos de Triana por su acogida, su disponibilidad y su generosidad, así como a todos los animadores, educadores y jóvenes que hicieron posible esta experiencia tan enriquecedora.

Fue, sin duda, un día para disfrutar, convivir y seguir caminando juntos en la fe, con la ilusión de seguir construyendo comunidad y dejando que el carisma salesiano siga transformando corazones.

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